Cuando uno se siente abrumado/a por nuestras fuertes emociones, a veces se necesita crear espacio entre lo que sucede y lo que sentimos para que puedas pensar más claramente y tener la habilidad de llegar a una solución. El distraerse con actividades saludables también tiene su lugar en este proceso. Claro, si algo se usa como forma de siempre evadir y nunca afrontar una situación que necesitas encarar, entonces esto se vuelve algo no tan beneficioso. Pero si usas esto para simplemente darte espacio regularmente y así poder pensar con más calma como resolver algo, el distraerte puede ser una herramienta para recolectar y afilar tus energías para que puedas ser más efectivo en poner en marcha lo que quieres hacer.
Aquí sigue una lista de actividades para distraerte. Marca las que estés dispuesto/a a poner en práctica y añade otras que se te ocurran:
Salir a contemplar las nubes. Darse un baño. Salir a observar pájaros y otros animales. Dormir o echarte una siesta.
Salir con tu mascota. Pedirle el perro a un amigo y llevarlo de paseo al parque. Bañar a tu mascota. Cultivar un jardín usando cajas o macetas si no tienes en donde plantar.
Aprender un idioma nuevo. Cantar o aprender a cantar. Tocar un instrumento musical o aprender a tocarlo. Escribir una canción.
Rezar o meditar. Ir a tu iglesia, sinagoga, templo u otro lugar de oración. Unirte a un grupo de oración de tu localidad. Escribir una carta a Dios.
Escribirte una carta de estimación y agradecimiento a ti mismo/a cuando te sientas bien y llevarla contigo para leerla cuando te sientas mal. Hacer una lista de diez cosas que se te dan bien o que te gustan de ti mismo/a a guardarla para leerla cuando te sientas mal. O escribir en tu diario lo que te ha pasado hoy.
Ejercicio. Hacer pesas. Hacer yoga, tai chi, o Pilates o buscar una clase para aprender — a veces se ofrecen gratis o por bajo costo en centros recreativos de los parques de la ciudad, o puedes buscar enseñamientos de rutinas en YouTube. Hacer estiramientos.
Dar un largo paseo por el parque o por algún sitio especial que sea tranquilo. Salir a correr. Montar en bicicleta. Ir de excursión a los cerros.
Ir al campo de juego y unirse a algún partido o ver como juegan. Ir a jugar a algo que puedas hacer solo/a o si no hay nadie a mano, como baloncesto, bolos, balonmano, minigolf, billar o jugar al tenis contra una pared. Ir a algún acontecimiento deportivo, como un partido de baloncesto o de fútbol.
Escuchar música optimista, alegre (empezar a coleccionar canciones alegres para cuando te sientas mal). Poner música fuerte y bailar en tu habitación.
Aprender de memoria párrafos de tu película, obra, o canción favorita. Hacer una película o video con tu cámara del teléfono. Tomar fotografias.
Hacer una lista de gente que admiras y la que te gustaría parecerte. Puede ser un personaje histórico real o ficticio. Describe lo que admiras de esa gente.
Escribir una carta a alguien que haya hecho de que tu vida sea mejor y explícale por qué (no tienes que enviar la carta si no quieres).
Hablar con un amigo por teléfono. Invitar a un amigo a venir a casa. Mandar un mensaje a los amigos. Organizar una fiesta. Llamar a alguien de tu familia con quien no hayas hablado hace mucho tiempo.
Ir a un spa. Que te den un masaje, esto también te puede ayudar a calmar tus emociones. Ir a cortarse el pelo.
Ir a la biblioteca a leer. Ir a una librería. Ir a tomarte un café o un té a tu cafetería favorita. Visitar un museo o una galería de arte en tu zona. Ir a un mercado o al parque a ver a otras personas; intentar imaginar lo que están haciendo y porqué.
Leer tu libro, revista, o periódico o poema favorito. Escribir un poema, historia, película u obra de teatro sobre tu vida o la vida de otra persona. Pintar un cuadro, con pincel o con los dedos. Escribir una historia sobre la cosa más graciosa o divertida que haya sucedido.
Preparar tu plato o comida favorito. Cocinar una receta que no hayas hecho antes. Ir a una clase de cocina. Salir a comer algo.
Buscar algo divertido que hacer, como leer una revista o cuento. Ver una película cómica (empezar coleccionando películas cómicas para ver cuando te sientas abrumado/a por el dolor). Ir al cine a ver qué están poniendo. Ver la televisión. Escuchar la radio.
Salir de casa, aunque sea para quedarte sentado/a afuera. Dar un paseo en tu carro o darte una vuelta en un transporte público. Planear un viaje a un lugar donde nunca hayas estado.
Jugar a algo con un amigo. Hacer un juego solitario de cartas. Jugar videojuegos. Visitar tus sitios en línea favoritos o chatear por internet. Visitar páginas en internet chistosas y hacer una lista de ellas.
Crear tu propia página en internet. Crear tu propio blog. Apuntarte a un servicio para conocer pareja, si eres soltero/a. Vender algo que no quieras por internet.
Armar un rompecabezas con muchas piezas. Llamar por teléfono a una línea donde ofrezcan servicios de ayuda a las personas que se sientan con depresión o que se quieran lastimar a sí mismos.
Unirte a un grupo para hablar en público y escribir un discurso. Participar en un grupo de teatro u otra actividad local. Cantar en un coro. Unirte a un club.
Hacer algún arreglo en tu carro, moto, o bicicleta.
Hacer una lista de diez cosas que te gustaría hacer antes de morir.
Hacer algo apasionante como surfear, hacer kayak, o aprender a hacer alguna de esas cosas u otra actividad que te guste.
*(Tomados del libro “Manual Práctico de Terapia Dialéctico Conductual.”)